En España, una práctica común para gestionar los pagos de facturas es la domiciliación bancaria, un método mediante el cual el usuario autoriza a su banco a realizar cargos automáticos. Este sistema es ampliamente utilizado para pagar servicios básicos del hogar, como la luz, el agua o la telefonía.
El Banco de España recuerda que los usuarios tienen el derecho de devolver un recibo domiciliado si lo consideran oportuno. Sin embargo, es importante entender las posibles consecuencias de esta acción.
Riesgos de devolver un recibo
Al devolver un recibo sin justificar adecuadamente el motivo, el usuario se arriesga a que la compañía proveedora del servicio interprete esta acción como una renuncia al servicio. Esto puede llevar a la suspensión del suministro de servicios como la luz o el agua. En el caso de organismos públicos, la devolución podría generar pérdida de subvenciones o la aplicación de recargos adicionales.
Requisitos para devolver un recibo
El Banco de España establece que, para solicitar la devolución de un recibo, deben cumplirse ciertos requisitos, especialmente si se había autorizado previamente el cargo:
- Falta de información sobre el cargo realizado: el usuario no debe haber sido notificado correctamente del cobro.
- Pagos inusuales: si el recibo es por una cantidad mayor a lo habitual, y no se ha emitido un recibo claro.
Para evitar problemas derivados de la devolución de un recibo, el Banco de España aconseja explicar claramente la causa de la devolución. La normativa de servicios de pago ampara a los clientes, permitiéndoles devolver los recibos domiciliados, y obliga a la entidad bancaria a atender la solicitud del cliente de manera inmediata.
Plazos para la devolución de recibos
Dependiendo de si el cargo fue autorizado previamente, los plazos para la devolución pueden variar:
- Entre 8 semanas y 13 meses si el cobro fue autorizado.
- Si el cobro no estaba autorizado, el banco tiene un plazo de 10 días hábiles para devolver el importe o justificar el recibo.